Como comentábamos en el anterior post, la llegada de la Revolución Industrial dio paso a varios estilos influyentes gracias a la facilidad que supuso fabricación en serie. A principios del S. XXI comenzaron a destacar estilos como el Art Decó, y un poco más tarde, hacia los 50, el modernismo, muy influenciado por diseñadores industriales, artistas y arquitectos como Ray y Charles Eames, de los que hablamos también en otro post.
 

 
Actualmente, estos estilos son los que más triunfan entre la gente:
 
Minimalismo: Se basa en líneas puras y figuras geométricas básicas, con gran predominancia del negro en contraste con los colores neutros. Como su propio nombre indica, evita la acumulación de objetos, por lo que aporta paz y tranquilidad.
 
Rústico: La madera es la clave en suelos, paredes, vigas del techo, y muebles; claro que no maderas tratadas, sino maderas que simulan cierta vejez o uso. Se basa en la predominancia de tonos neutros, cafés y colores cálidos. Este estilo se apoya también en elementos que hacen acogedores una estancia como mantas gruesas, de lana, estampados vegetales o de cuadros. Una chimenea también es clave.
 
Clásico: Lo clásico siempre está de moda. Sus colores son cálidos y acogedores, nada estridentes, y suele componerse de muebles bien elaborados y líneas clásicas, depuradas; zócalos, cornisas, columnas estilizadas. Sus estampados son damascos, rayas, flores, etc.
 
Loft: Un loft es una estancia abierta, que mana de la esencia industrial; forja, ladrillo visto, y también muchas líneas rectas. Lo diáfano es la filosofía, con elementos modernos, eclécticos, mezclando épocas.
 
Zen: El equilibrio es la clave. Se basa en una esencia oriental, por lo que su filosofía es bastante «japonesa», es decir, muy natural y serena. Piedras, maderas, agua son elementos clave. Sus colores son el ocre, el rojo, el negro. ¿Telas? La seda.
 
shabby chicShabby Chic: Lo shabby es lo mono, lo romántico. Es despojar a lo clásico de su seriedad, envejeciendo muebles antiguos sutilmente. Los colores son los pastel y el blanco, mezclados con tules y telas florales ligeramente naïfs. Objetos como velas, candelabros, espejos con marcos, lámparas de araña de vidrio coloreado.
 
Kitsch: Podría denominarse como un estilo recargado o cursi. A nivel de mobiliario predominan los colores y mezclas variopintas y eclécticas de otros estilos. Los colores son llamativos, chillones: rosas fucsia, azules klein o cian, verdes intensos, naranjas puros, amarillos… no hay límite. Los elementos clave de lo kitsch son originales, diferentes y llamativos con gran influencia de la cultura pop: maneki nekos, serigrafías, cerámicas extravagantes, colocadas en paredes y muebles. También aboga por el reciclaje y la reinterpretación de objetos que en un pasado estuvieron de moda. Aquí os dejamos unas claves para reconocerlo.
 
Y tú, ¿qué estilo prefieres?
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