Ocho claves para lograr el dormitorio de tus sueños
La palabra dormitorio viene de dormir pero, hoy en día, los dormitorios se han convertido en algo más que el lugar en el que duerme. Aunque lograr un buen descanso sigue siendo el principal objetivo de esta estancia de la casa, también lo es aprovechar el espacio para el almacenaje, encontrar un rincón en el que relajarse y sobre todo, sentirse cómodo en uno de los espacios más personales. ¿Cómo amueblarlo para lograr todo esto? Te damos seis pistas fundamentales:
1. Organiza bien el espacio. Tu principal aliado a la hora de amueblar un dormitorio es el metro. Es necesario calcular muy bien las medidas teniendo en cuenta las necesidades: uno de los errores más comunes en la actualidad es poner una cama demasiado grande para el espacio del que se dispone. Siempre hay que calcular que a cada lado de la cama han de caber unas mesillas de unos 40 centímetros y también hay que tener en cuenta si es necesario poner armario. Si el espacio es grande, hay que valorar qué otros muebles pueden colocarlse: una cómoda con mucho almacenaje, un tocador o un banco a los pies de la cama son buenas opciones.
2. La clave está en el colchón. Para descansar bien y sentirse cómodo, la clave está en el colchón. No olvides elegir el material que mejor se adapte a ti y no escatimar a la hora de renovarlo: un colchón viejo puede hacer mella en tu salud. Te recordamos este post en el que te dábamos una serie de consejos para escoger un buen colchón.
3. ¿Y las paredes? Ya te contábamos con anterioridad la importancia del color a la hora de amueblar una estancia. Es muy importante saber para qué se va a utilizar el dormitorio a la hora de pintar las paredes. Si solo se usará para dormir, los colores rosa pálido o verde claro son los más adecuados. Si, por el contrario, también se usará como pequeño despacho, puedes optar también por azules o lavandas. Y no olvides el blanco, que siempre resulta adecuado. Y un consejo: si la estancia es pequeña, puedes utilizar un papel pintado para la pared donde debería ir el cabecero y prescindir de este. Así ahorrarás algo de espacio.
4. Iluminación. Una de las cuestiones diferenciadoras del dormitorio con respecto a otras estancias de la casa es que hay que cuidar la luz de un modo especial. Es clave tener distintos tipos de luz: blanca y luminosa dirigida hacia la zona de vestidor, pero mucho más tenue y adecuada al sueño en las mesillas de noche, en las que también puede haber un punto de luz directo si eres de los que leen en la cama. Además, en las ventanas, usa cortinas que preserven tu intimidad pero intenta que no sean de telas pesadas y tupidas: te quitarán mucha luz.
5. Orden y almacenamiento. Si el dormitorio hace las veces de vestidor, escoger un buen armario será una cuestión de primera necesidad. Si el espacio no es muy grande, lo mejor es optar por armarios de puertas correderas, puentes o rinconeras. Te darán mucho espacio de almacenaje pero no restan muchos metros a la habitación. Y un truco infalible es el de sustituir el somier tradicional por un canapé: tendrás el lugar perfecto para guardar la ropa de cama o para almacenar las prendas de otra temporada.
6. ¿Rincón de lectura? Si tienes la suerte de disponer de bastante espacio en tu dormitorio, te recomendamos que utilices un pequeño rincón como sala de lectura o de relax. Este oasis es muy fácil de conseguir: ha de estar cerca de la ventana y consta de una cómoda butaca y un punto de luz artificial. Puedes separarlo del resto de la habitación utilizando cortinas o un biombo y lograrás un rincón muy agradable en el que olvidarte del mundo.