ATENCIÓN…, NIÑOS EN CASA
Llega el momento de cambiar de etapa en la habitación de los más jóvenes de la casa: el dormitorio del bebé pasa a ser el del niño o niña; el de este será el de un adolescente; y cuando el instituto deja paso a la etapa de adulto joven, algún retoque será necesario.
Y aunque el inicio del próximo curso pueda parecer lejano, pues aún estamos esperando la llegada del verano, es prudente planificar un cambio de habitación sin esperar al último momento, e irse de vacaciones con (al menos) las decisiones ya tomadas. Además, y no menos importante, debemos contar con la opinión de los que ocuparán ese espacio para descansar, leer, estudiar y jugar. Un microcosmos que les pertenece, en el que pasarán muchas horas de su vida y que merece, por tanto, especial atención.
Menos espacio, más ingenio
En la mayoría de los casos, nos encontramos con espacios limitados y una gran cantidad de necesidades: muchos cajones para juguetes o ropa, armarios amplios, estanterías, mesa de estudio… todo necesita su lugar. Hay que agudizar el ingenio y elegir con cuidado, pero cada vez existen más opciones y diseños que tienen en cuenta los detalles.
Camas aprovechables
Pensar en que los más pequeños o jóvenes traerán amigos para dormir a casa es siempre un acierto: las camas nido, que ganan en altura, no restan superficie de la habitación y proporcionan esa alternativa de un colchón suplementario. Y si no, de todas formas, esos bajos de la cama pueden albergar una gran cantidad de cajones de los que nunca sobran en un hogar.
Pero hay otras alternativas: por ejemplo, camas elevadas con gran cantidad de almacenaje por debajo, que siempre gustan porque aportan un rincón agradable y con intimidad para su habitante, un pequeño refugio en el árbol con una escalera lateral y que se apoya en un completo bloque de armario y cajones. Útil y atractivo.
El suelo siempre fue el mejor sitio para jugar. De modo que una buena opción para espacios reducidos o simplemente para permitir hacer más diáfana la habitación son las camas plegables, que se levantan hacia una pared y apenas ocupan unos centímetros de espacio. Una cálida y colorida alfombra complementará perfectamente este concepto.
Hacer los deberes
No se debe olvidar una buena mesa de estudio, si es posible orientada a la luz natural, y una silla cómoda. Ellos pasarán largos ratos de su vida de aprendizaje sentados en su rincón de estudio, un tiempo que se alarga cada vez más a medida que van creciendo. Por tanto, elijamos con cuidado ese espacio: no demasiado pequeño, con cajones y estanterías a mano, enchufes cerca y, muy importante, que disfrute de buena iluminación. Su salud lo agradecerá.
¿Poca ropa?
Los niños, y no digamos los adolescentes, generan mucha más necesidad de ropa de lo que puede parecer: constantemente renuevan su vestuario y no siempre nos deshacemos de lo anterior, “por si acaso”, de modo que sus armarios pronto se quedan pequeños. Y luego están las actividades: ropa para los deportes, para el colegio, para invierno y verano, otra un poco más formal, calzado de todo tipo…
Será un error elegir un mueble en exceso pequeño, con poco lugar para perchas o estrecho. Una vez configurada la habitación, nos daremos cuenta de debimos prestar más atención al almacenamiento de ropa y ya tendrá difícil solución. De modo que pensemos en muebles amplios y con altillos, que darán mucho juego en los cambios de temporada.